Mañana nos vamos a Zurich y estamos haciendo las mochilas. Hay que dejar las valijas cerradas para que no estorben la clase de yoga de hoy de Vero.
Jose no estaba encontrando la afeitadora. Por un momento me lo imaginé barbudo y me dio mucha curiosidad, y también cierto miedo de que luciera demasiado rabínico. Pero acaba de aparecer.
No hay agua en el edificio, por lo que los planes de bañarnos y lavar ropa se complican.
Hasta este mini-valijazo me estresa un poquito.
lunes, 19 de octubre de 2009
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3 comentarios:
ay cariños, qué lindo leer el día a día, quiero más fotos
perez, no se estrese y disfrute...
esperando su próximo post, la saluda
Mate
Gracias por calmar mi ansiedad maternal. Ser madre universal es una carga. Me morí de risa con la visión de Jose rabínico, aunque creo que los ojos lo venden, no son ojos de religioso. Pero capaz me confundo, no conozco muchos rabinos, estoy juzgando por los curas y claramente no es lo mismo.
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