No llego. Cada cinco minutos pienso que no llego. Entonces veo las valijas cerradas y me siento una loca. Pero faltan mil pequeñas cosas: los adaptadores, mis lentes de sol (estoy sufriendo mucho la luz en la calle), vestirme, ¡las bombillas! La casa queda como si por ella hubiera pasado un tsunami y al bajar las aguas las cosas se hubieran depositado arbitrariamente en cualquier lugar. Perdón, Néstor. Aprovecho y te recuerdo que riegues muchos los helechos y las azaleas. Y que las mires y te fijes si aparecen bichos de cualquier especie. Y ya que estás, que les hables y les digas que están muy lindas y muy verdes.
Quedaron varias cosas sin hacer. Y este caos. ¿Podré vivir con esta idea y dejarme llevar por la ola, que tal vez no es tsunami?
viernes, 16 de octubre de 2009
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3 comentarios:
Viste que la oligofrénica de Luli fue a ver a Arjona y lo conoció? Y dijo que es "dulce" o no sé que asquerosidad.
ante todo, MUCHA CALMA, como decía Siniestro Total
Qué arranque lindo, chicos.
besos
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