Vamos exactas dos semanas de viaje. Hace dos sábados llegábamos a Paris al atardecer. Ese día cruzamos un puente caminando del que vimos de perfil a la torre Eiffel y fue como una bienvenida. Ya fuimos y volvimos de Zurich, nos queda un día en Troyes, otro en París y salimos para Berlín. Paris me sorprendió, me dio mucho más de lo que esperaba y fue un arranque muy alto para el viaje. Supongo que estar en Berlín en los días previos y posteriores al aniversario de los 20 años de la caída del muro va a tener lo suyo, que va a ser muy groso. La estoy pasando muy bien, conociendo gente, lugares, costumbres, comidas. Siempre había soñado con un viaje un poco largo y esta es la primera vez que lo hago. Es raro estar de viaje. Estás en lugares nuevos y seguís pensando en tu lugar. Comparando pelotudeces, recordando cómo antes era no sé qué cosa allá. Hay que aferrarse a algo. Lo nuevo es demasiado fuerte y una manera sencilla de digerirlo es comparándolo con lo que conocemos. Es difícil describir un sabor sin compararlo con otro. Viajar mueve la estantería y te hace pensar. Te ayuda a ver a tus cosas de muy cerca y de muy lejos.
sábado, 31 de octubre de 2009
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3 comentarios:
estar de viaje es lo más!!
Cuándo llegan por Holanda?
Besos y que siga el bon voyage!
nati
PD: acabo de estrenar comentarios en este blog..
Nata! Llegaremos para comienzos de noviembre, falta un rato...
Un beso y comentá tranquila
Definitivamente, viajar es pensar... abre la cabeza... la percepción se vuelve tan fina, sensible... A mi me maravilla como se agudizan los cinco sentidos. Los sonidos, los olores, sabores, colores, texturas... todo se potencia y asi crecemos.
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