domingo, 15 de noviembre de 2009

SERVICIO AL POGUERO

No recomiendo hacer pogo en Berlín. Los alemanes son gente un poco más grandota que uno (ver la mala suerte de Jose buscando ropa usada) y toman mucho. No hacen pogo violento, pero cuando uno de ellos pisa un poco en falso, la sensación es que se te viene encima un edificio. Anoche hubo momentos en que quedamos atrapados entre varios altotes que bailaban con paso vacilante. Nunca viví nada más parecido a esas instancias de tensión en Batman o el Superagente 86, cuando dos paredes opuestas se acercaban y amenazaban con aplastar al protagonista (y uno, que era tan chiquito, se lo creía).

2 comentarios:

exseñoM dijo...

Chicos, basta de usar mi apellido para sus post. No lucren con mi imagen.

Larissa dijo...

triste la vida de la petisa que tuvo esa sensación de posible aplastamiento en cada recital durante toda su adolescencia... pero en Buenos Aires!!!!