El elefantito se puso en el medio de los dos elefantes, que lo tocaban con las trompas y lo encimaban un poco. "Le dan amor", resumió Perez, en una de sus explicaciones en tiempo real.
La foca parecía experta en posar para las fotos y se vino bien cerca a peinarse.
El espacio que tenía el tigre para moverse era demasiado chico. No me imagino qué hará con toda la potencia que tiene y que no debe tener dónde descargar.
3 comentarios:
En los zoológicos los animales tienen la mirada triste. No vayan a ningún otro. Vayan a fiestas.
No pienso ir a ninguno más. El viaje pasado habíamos ido al de Montpellier, que es grande y salvaje. Pero el de Berlín me deprimió.
Vamos, Tigre!
Publicar un comentario