Una de las premisas previas a subir al avión era ir a todos los zoológicos que pudiéramos. Hasta ahora, sólo visitamos el de Berlín, que estaba ubicado en el centro de la ciudad. Por lo tanto, los animales no tenían demasiado lugar para explayarse y los edificios empañaban el paisaje. El paseo se nos hizo más corto de lo que esperábamos porque daba pena verlos tan amontonados. Igual, acá va una selección de imágenes.
El elefantito se puso en el medio de los dos elefantes, que lo tocaban con las trompas y lo encimaban un poco. "Le dan amor", resumió Perez, en una de sus explicaciones en tiempo real.
La foca parecía experta en posar para las fotos y se vino bien cerca a peinarse.
El espacio que tenía el tigre para moverse era demasiado chico. No me imagino qué hará con toda la potencia que tiene y que no debe tener dónde descargar.
lunes, 23 de noviembre de 2009
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3 comentarios:
En los zoológicos los animales tienen la mirada triste. No vayan a ningún otro. Vayan a fiestas.
No pienso ir a ninguno más. El viaje pasado habíamos ido al de Montpellier, que es grande y salvaje. Pero el de Berlín me deprimió.
Vamos, Tigre!
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