Perez me lo había adelantado y yo no lo quería creer: Bruselas es cualquiera. Al menos, desde algunos aspectos. Por ejemplo, un paseo típico por la ciudad, como el que tuve hoy a la tarde, incluye una manoseada al monumento de Charles Everad, porque trae suerte, y también una visita al manneken pis, el símbolo de Bruselas. Se trata de la figura de un chico que está meando, muy cómodamente, con la mano derecha en jarra, la izquierda en su pito y la cintura levemente hacia adelante.
En un gesto que me pareció de avanzada, al manneken pis le cambian la ropa todos los días. Hoy, por ejemplo, estaba de torero y mañana lo iban a vestir los estudiantes de una escuela. Lo vimos en un mazo de cartas caracterizado de distintas profesiones. La leyenda cuenta que este niño salvó a la ciudad de un incendio gracias a una meadita a tiempo y se transformó en el ícono bruselense. También se vende su figura en diseños más modernos, pero a mi el que más me gustó fue el manneken pis tradicional. Me rendí a su historia, a que la figura de la ciudad sea un nene meando (realmente, ¿no es cualquiera?) e insistí (no demasiado, Perez se rindió fácilmente) para comprar algo relacionado a él, así que por cinco euros nos llevamos tres vacitos de shots del nenito meador.
El look de hoy:
Manneken pis de chocolate:
Merchandasing irresistible:
Manneken pis y Mafalda, un solo corazón:
jueves, 19 de noviembre de 2009
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2 comentarios:
Definitivamente y hasta ahora, este post encabezaria el primer lugar si hicieran un top ten del viaje.
hay un museo del manneken pis en la Grand Place, en donde se lo puede ver con trajecitos típicos de distintos lugares del mundo... muy bizarro, pero recomendable
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