jueves, 5 de noviembre de 2009

SEBSEB

Como ya conté en otro post, unos días antes de salir de Buenos Aires le mandé un mail a Seb contándole qué esperábamos ver de Paris. Fui muy claro, le dije: "queremos ir a donde vas vos, no queremos que nos lleves a la cara más turística de la ciudad". Seb cumplió al pie de la letra. Como buen obsesivo que es, la primera noche que lo vimos nos entregó una lista (ver la imagen que está acá abajito) con las distintas tribus urbanas parisinas y dónde se juntaba cada una. Además, el fin de semana siguiente nos llevó con sus amigos a una fiesta en un barrio super concheto de Paris. Y en ese contexto fue donde descubrí al Seb que me sorprendió.



La familia de Seb es muy aristocrática y él tiene la firme decisión de romper con la burbuja en la que lo quisieron criar. Se junta con gente de todas las clases sociales y de todos los colores. Les da clases de música a jóvenes con problemas de conducta, rapea junto a músicos de barrios marginales. En sus cumpleaños, según él, se reúne gente que viene de lugares muy distintos. Ese sábado a la noche lo vi en su apogeo social: charlaba con nosotros, nos presentaba gente (un dramaturgo muy bala, una chica que había vivido seis meses en Buenos Aires y hablaba como Pucho), se acercaba a donde estábamos bailando con unos italianos (él no baila) y, sobre todo, se dedicaba al levante de una morochita. Mientras el resto iba y venía de la cocina para prepararse tragos, por cierto, había tanto para tomar que me era difícil elegir, él, que no toma, nunca perdía de vista a su presa.

Lo vimos unos días después y nos contó que le había ido muy bien con la chica. No se habían besado, pero intercambiaron teléfonos y quedaron en verse durante la semana siguiente. Me pareció medio de dormido pasarse la noche hablando y ni siquiera intentar dar un besito, pero él nos explicó que esa chica le había gustado tanto que la quería ver a solas. No entendí esa declaración de principios, pero tampoco me interesó darle mi punto de vista. Sí me cayó muy simpático que nos dejara colgados en la fiesta, igual que a sus amigos, para ganarse una minita. La primera vez que lo había visto me había quedado la sensación de que era poco sociable y que irradiaba algo de oscuridad, pero ya me di cuenta de que, en realidad, Seb vive agazapado esperando a su nueva presa. "¿Andás con alguna chica?", le pregunta Perez cada vez que se reencuentran. "Acabo de cortar con una pero ya estoy en otra", explica él, picarón.

4 comentarios:

Malhumoretti y Neptuno dijo...

fotos de SEB!

Leo Carioca dijo...

Y el drmatugro bala? Qué onda?
Me causó gracia esa aclaración.

jose dijo...

No me dio bola, era muy tímido y estaba vestido con saco

Larissa dijo...

Hermosa descripción que da rienda suelta a la imaginación que intenta armar en mi cabeza la mencionada fiesta. Realmente muy buena! Uds. si que me divierten!!!